martes, 19 de marzo de 2013

Sistemas para la eliminación o reducción de barnices 2


Cuando lo que se desee gelificar es una mezcla de disolventes será necesario calcular los parámetros de  solubilidad de la nueva mezcla formada y estimar el tipo de Ethomeen necesario, según se indica en el triangulo de solubilidad presentado a continuación:

Figura 6.- Relación entre los parámetros de solubilidad de la mezcla
de disolventes y la selección del tipo de Ethomen recomendado
 para mezclar con el Carbopol.

Secuencia general para la preparación de un gel de disolventes:


Figura 7

Figura 7.- Antes de iniciar la elaboración del gel es necesario haber calculado, pesado y medido correctamente todos los componentes del gel




















Figura 8


Figura 8.- Las mezclas se realizarán preferentemente en un agitador magnético, añadiendo uno a uno los disolventes y manteniendo una agitación constante.












Figura 9



Figura 9.- Finalmente se añade el espesante, lentamente y manteniendo la agitación, evitando en lo posible la formación de grumos.










Figura 10





Figura 10.- El gel debe quedar con una consistencia de pasta fluida para facilitar su extensión sobre la superficie pintada.




Las emulsiones son otros sistemas alternativos para la eliminación de barnices.

Con una emulsión se pueden mantener de manera estable, disolventes que no son inicialmente miscibles, lo que amplía de manera importante las posibilidades de actuar
sobre una capa de barniz. La forma de mantener unidos permanentemente disolventes no miscibles, es mediante la adición de un tensioactivo que actúa como emulgente.

Un ejemplo del uso de emulsiones es el siguiente: 2 g de Brij 35 (tensioactivo no iónico, HLB 16,9) se mezclan en baño de María con 10 ml de agua, luego se añaden 2 ml de Tween 20 (tensioactivo no iónico, HLB 16,7) y, una vez a temperatura del ambiente y fuera del baño de María, se agregan 90 ml de un hidrocarburo (White Spirit o ligroina) agitando continuamente hasta formar una emulsión estable.

Si se desea preparar una emulsión básica a partir de la anterior: después del Tween 20 se añade entre 1 y 5 ml de TEA controlando el pH (sólo llegar a un valor entre 8 y 9) mostrándose eficaz para la eliminación de películas grasas, barnices de resinas naturales y aceites.


(Es preferible el uso de la TEA en sistemas de limpieza en forma de pasta o gel, de modo que se pueda reducir la posibilidad de que queden restos de este disolvente de carácter básico e higroscópico)


Si se desea preparar una emulsión ácida a partir de la anterior: después del Twenn 20 se añade 0,5 y 1,5 ml de ácido acético a 80% (no disminuir el pH por debajo de 5,5) mostrándose en este caso eficaz para la eliminación de películas proteicas como colas de origen animal mezcladas con los barnices. En ambos casos es imprescindible realizar un aclarado muy cuidadoso, pudiendo ser con White Spirit.

Los jabones de resina han sido sistemas de limpieza ampliamente investigados y discutidos, como se puede confirmar en la literatura especializada, habiéndose podido estimar el papel y la eficacia de cada uno de sus componentes en la limpieza. La fórmula que presentamos a continuación es una variante que no incluye el tensioactivo Tritón X-100 y, además, permite realizar modificaciones del jabón de base de acuerdo con la composición y el nivel de oxidación de la capa de barniz a eliminar.

A 100 ml de agua desionizada se agregan 6 ml de TEA y luego 2g de ácido abiético, al cabo de 5 minutos de agitación, la dispersión se filtra y el residuo sólido del filtrado se desecha. En este momento se realiza el control del pH hasta alcanzar un valor de 8,5 con la adición de gotas de HCl (1M). Por último se puede finalmente espesar la disolución con 3 ó 4 g de Klucel G. Este es el jabón de base con el que se puede realizar la eliminación de capas de barnices no muy oxidados. Algunas modificaciones como la adición de alcohol bencílico (sólo hasta el 2% del volumen total del gel) para la eliminación de películas de barnices muy oxidadas. En caso de que el jabón se extienda poco sobre la superficie, es posible incrementar el poder de humectación con la adición de un disolvente más polar como el DMSO (sólo hasta del 2% del volumen total del gel). Si la capa de barniz es grasa, es posible aumentar la eficacia del jabón añadiendo algunas gotas de amoniaco hasta alcanzar un pH ligeramente más alto, es decir al alrededor de 9,0 -10. Esta modificación del jabón requiere de un control minucioso en la eliminación gradual del barniz graso, ya que no es aconsejable que permanezca mucho tiempo en contacto con la superficie al óleo. Por ultimo, si la capa de barniz presenta suciedad acumulada a través del tiempo y se decide realizar preferentemente la eliminación parcial de esta contaminación, es aconsejable la incorporación de un agente quelante; habiendo obtenido resultados satisfactorios con la incorporación de 1g de citrato de triamonio cada 100 ml del jabón de base. En todos los casos es conveniente realizar el aclarado con agua desionizada, en dos o tres pases espaciados.

Como hemos observado en la última propuesta de modificación del jabón de resina, es posible realizar limpiezas algo más selectivas de la suciedad acumulada sobre los barnices, con el empleo de agentes quelantes. Con esta práctica se evita en muchas ocasiones la eliminación total del barniz, disminuyendo obviamente el riesgo de intervención directa sobre las capas de pintura. Algunas alternativas para el uso de estos sistemas acuosos con agentes quelantes son las siguientes: citrato de triamonio 0,5g – 1g en 100 ml de agua desionizada, logrando así una disolución de pH neutro. Este sistema se aclara con agua desionizada. Por otra parte, si la suciedad presenta un mayor contenido graso se puede preparar una mezcla con 1 a 5g de ácido cítrico en 100 ml de agua desionizada y 2 a 10 ml de TEA (2 ml por cada gramo de ácido cítrico) la disolución se puede espesar añadiendo entre 4 y 5g de Klucel G. En todos los casos el sistema de aclarado es también con agua desionizada. 

En la actualidad el estudio de los posibles residuos de estos sistemas de limpieza es uno de los aspectos de gran prioridad en el campo de la conservación y restauración de bienes culturales. En diversas instituciones se están realizando investigaciones ordenadas y respaldadas por importantes proyectos con resultados que están aportando una valiosa información al respecto.

Algunos resultados significativos de las investigaciones llevadas a cabo en este campo, desde el uso de disolventes hasta el de sistemas acuosos gelificados, podríamos resumirlos en los siguientes apartados:

• Los disolventes en forma líquida pueden actuar de forma arriesgada sobre las superficies pintadas, pudiendo llegar a retirar parte del material más debilitado.

• La penetración a través de las fisuras de la pintura, así como la retención de los disolventes es un hecho comprobado, siendo imprescindible cumplir los tiempos de secado de las pinturas después de la limpieza, antes del barnizado.

• El aporte del IRPA sobre la clasificación de los disolventes de acuerdo con su poder de penetración y retención en las capas de pintura, ha marcado una pauta muy importante para la selección de los disolventes como sistemas de limpieza.




• Se ha comprobado recientemente que no solo el poder de los disolventes utilizados inadecuadamente puede ser nocivo para las pinturas, sino que algunos pueden dejar impurezas como son compuestos de alto peso molecular y alto punto de ebullición, compuestos ácidos y sales de estos ácidos que permanecen como compuestos reactivos a los que son sensibles tanto los aglutinantes como los pigmentos de las capas de pintura. Por esta razón se hace imprescindible el uso de disolventes de calidad adecuada.

• Dusan Stulik and Richard Wolbers en resultados publicados en 2004 demostraron que durante el proceso de limpieza algunos compuestos de los sistemas gelificados se evaporan lentamente (agua, y disolventes poco volátiles) sin embargo, si se emplea un correcto aclarado algunos de estos compuestos pueden ser totalmente eliminados. No obstante, otros compuestos menos volátiles como Ethomeen y el alcohol becílico se eliminan con mayor dificultad en superficies con gruesos craquelados.

• Narayan Khandekar en 2004 observó también que la presencia de posibles residuos de sistemas gelificados no es uniforme en todas las superficies pintadas, ni en toda la extensión de una misma superficie. En sus resultados apunta que generalmente no fueron detectados residuos de sistemas gelificados en un estudio realizado en 7 obras, incluso después de 15 años. Sólo en ocasiones ha detectado bajas concentraciones de Ethomeen C-25


• En 2004 Aviva Burnstock and Klaas Jan van den Berg publican los resultados de investigaciones sobre los posibles residuos de citrato de amonio en las superficies pintadas, llegando a concluir que el citrato de triamonio fue útil para la eliminación de suciedad superficial a una concentración de 2,5% en agua, sin embargo, altas concentraciones (10%) afectaron visiblemente la superficie de la pintura. También apuntan que a una concentración de 2,5% no fueron identificados residuos en las micromuestras estudiadas empleando la técnica de GC-MS

• Más reciente, en 2006, Andrés Sánchez Ledesma, Ubaldo Sedano y Susana Pérez presentan los resultados del inicio de un proyecto español sobre el estudio de residuos de sistemas de limpieza en los que demostraron que un jabón de ácido oleico-trietanolamina fue efectivo para la limpieza de superficies doradas, cuando se realizó un aclarado con etanol. Sin embargo, con otros sistemas de aclarado como White Spirit e isopropanol se detectaron posteriormente residuos agresivos sobre acabados de purpurinas y un pan de oro con una aleación (Au : Ag : Cu). También concluyeron que el relieve de la superficie influye significativamente en la posterior detección de residuos de este jabón, habiendo sido detectados estos mediante GC-MS.

La creación de un protocolo acertado para la limpieza de pinturas es una idea cabal sobre la que se debe continuar trabajando continuamente a la vez que se avanza en el conocimiento de los efectos de los sistemas de limpieza y aparecen nuevos productos y nuevos métodos. Un ejemplo de estos protocolos es la limpieza modular (disponible aqui) especialmente diseñado para el uso de los sistemas acuosos.


Teniendo en cuenta que los disolventes orgánicos son sustancias a las que aún no es posible renunciar para la eliminación total o parcial de barnices, a la vez que se cuenta con otros métodos de limpieza de fácil aplicación. Nosotros proponemos un protocolo sencillo y razonado con el que se puede realizar la limpieza total o parcial de barnices naturales y sintéticos con diferente nivel de deterioro. Siempre partiendo del conocimiento previo del material que se desea eliminar, así como de la técnica pictórica y de las condiciones generales de la superficie de la pintura. Obviamente este protocolo es una propuesta general, susceptible a modificaciones que en ocasiones imponen la realidad material y el estado de conservación tanto de la obra como de los barnices que las protegen.

Jr: jabón de resina, Aq: agente quelante










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