La necesidad de intervenir con la consolidación del color se pone en relación a la pérdida de cohesión de un material con un consecuente aumento de la misma porosidad.
La rehabilitación de un material que se desmorona requiere la impregnación de la microporosidad adquirida a través d eun líquido consolidante, es decir, capaz, una vez que penetra, de pasar al estado "solido", devolviéndo la cohesión.
Los consolidantes pueden ser de orígen natural (animal, vegetal) o sustancias fruto de síntesis. Muchas de estas sustancias son también adherentes, pero un consolidante tiene que satisfacer un mayor número de exigencias:
- capacidad de impregnación
- tiempo de fraguado lento
- compatibilidad con los materiales originales
- estabilidad química y física
- no pueden poseer acción solvente o que reaccione con el material que se va a consolidar
Los consolidantes pueden ser aplicados en soluciones, por fusión o pueden ser monomeros polimerizables.
Cuando no se tienen claro las reales diferencias entre sustancias adhesivas y consolidantes, y como consecuencia sobre las operaciones de fijación y de consodación del color, se generan equívocos y errores que pueden poner en riesgo la obra misma.
Un exámen detallado y claro de este problema se encuentra en el libro " La química de la restauración. Los materiales en el arte pictórica" de M. Matteini y A. Moles. Nardini Editori.
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