Las fotografías que se utilizan para documentar pinturas y obras de arte suelen hacerse con luz difusa, es decir, recreando, incluso artificialmente, las condiciones de iluminación que hagan más legible la composición y los colores de la obra. En otras palabras, estas fotografías son tomadas tratando de eliminar cualquier reflejo especular de la superficie, pero al mismo tiempo tratando de satisfacer tanto como sea posible las condiciones normales de observación de la obra.
El primer paso a fin de examinar una pintura y obtener nueva información de su estado de conservación y de la técnica con la que se ha ejecutado consiste en iluminarla con un haz de luz rasante sobre la superficie.
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| antes de la aplicación de la luz rasante |
Con luz rasante se entiende aquel haz de luz paralelo o con un ángulo muy reducido en realción a la superficie que pone en evidencia, gracias al gran contraste que se ontiene, todos los defectos de dicha superficie. La luz rasante hará ver hasta los más pequeños desprendimientos o pérdidas de estracto pictórico y de la preparación guiándo, en este modo, al restaurador en la intervención local.
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| con luz rasante |
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| particular con luz rasante |
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